El gasto público destinado a enfrentar amenazas externas como la atención y regulación de flujos de migrantes, ataques a la infraestructura crítica y ante ciberataques (en particular al sector financiero), riesgos a la seguridad nacional e interior, la política exterior y la comercial, además de la protección ante desastres naturales, se ha reducido considerablemente este año, como parte de la austeridad republicana de la actual administración.

Datos de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público señalan que en los rubros de gasto en los que se inscriben las funciones descritas se han erogado 63 mil 998 millones de pesos durante el periodo que comprende de enero a abril, la menor cifra en nueve años, misma que implicó una caída de 22.7% en términos reales frente al mismo periodo de 2018.

Por rubros, en la función Coordinación de Política de Gobierno, que incluye la política de control migratorio, la reducción del gasto ha sido de 44.5% anual real; en los Asuntos Financieros y Hacendarios, que atiende la regulación al sistema financiero y su protección ante ciberataques, el descenso del gasto fue de 23.2% anual real, mientras que en la función Seguridad Nacional, que versa sobre protección del territorio ante amenazas militares y cibernéticas, el menor gasto fue de 7.7% real.

En el rubro de Relaciones Exteriores y Asuntos Económicos y Comerciales, que llevan las relaciones con los países y la negociación de tratados comerciales, el decremento ha sido de 11.6 y 41.6% real, respectivamente; en tanto que, en Asuntos de Orden Público y Seguridad Interior, que incluye la seguridad pública y la atención a desastres naturales, la caída ha sido 31.3% real.

Sin claridad

Horacio Sobarzo, profesor-investigador del Centro de Estudios Económicos del Colegio de México, explicó a Excélsior que hoy no queda claro cuáles son los objetivos de los recortes realizados al gasto, y en particular, consideró preocupante que se mermen las capacidades críticas del Estado para hacer frente a amenazas.

Ésas son funciones del Estado que muchas veces no se ven, y hoy puedes decir que no se necesita gastar en esos rubros, pero cuando se materializan las amenazas, el costo para el país puede ser más alto del pensado”, comentó Sobarzo.

El académico consideró que, en un inicio, vio como positivo la reestructuración al gasto planteada por la actual administración, porque ningún otro gobierno se había atrevido a hacerlo por las resistencias que genera. “Sin embargo, conforme se ha avanzado en el tema, mi visión ha cambiado y ahora uno se cuestiona si lo que estamos viendo es positivo y cuáles son los objetivos que se persiguen”, comentó Sobarzo.

EDUCACIÓN Y SALUD

El académico añadió que también son preocupantes los recortes a las funciones de educación y salud, que hasta abril de este año han sido de 8.8 y 2.9% anual real, respectivamente.

Es una lástima que la visión de austeridad no venga acompañada de fortalecer gastos altamente redistributivos como la salud y la educación. Yo hubiese preferido generar ahorros para fortalecer el sistema de protección social y que sea universal para toda la población”.

Sobre el énfasis del gobierno en el sector energético, a propósito de obras como la refinería Dos Bocas y un mayor gasto para extracción de petróleo, Sobarzo dijo que, si bien la soberanía energética es importante “creo que ahorita no es prioritario centrarse en eso, tenemos problemas muchos más urgentes como la seguridad, la salud y la educación. Además, el sector energético es uno que puede complementarse bien con recursos del sector privado.”

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