Después de
haber mostrado una desaceleración desde la segunda mitad de 2018, la actividad
económica global presentó una moderada recuperación en el primer trimestre de
2019. Entre los riesgos externos a los que ha venido dando seguimiento el
Consejo, destaca que las perspectivas para el crecimiento mundial para 2019 y
2020 han continuado revisándose a la baja, principalmente debido al
escalamiento de las tensiones comerciales, la posibilidad de que se
intensifiquen algunos riesgos geopolíticos y de que se registre una disminución
en el apetito por riesgo global que pudiera generar nuevos episodios de
volatilidad en los mercados financieros y una reversión de los portafolios en
las economías emergentes. Por otra parte, las tasas de interés en Estados
Unidos han disminuido considerablemente ante las menores perspectivas de
crecimiento y la previsión de que la Reserva Federal mantendrá una postura de
cautela para realizar cambios en el rango de su tasa objetivo, lo que reduce
los riesgos asociados a condiciones financieras más astringentes.
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